viernes, 2 de octubre de 2009

Vuelven los "Diablitos"



Diez años atrás quizá, un grupo de adolescentes del barrio El Porvenir, ese pedazo de tierra, árboles y muchos zapateros donde pasé toda mi infancia y parte de mi juventud, se me acercó para solicitarme lo que, en ese momento, menos supuse en un grupo de vagos con pinta de arrebatadores de carteras. No se trataba de propinas para comprar gaseosas, el favor de publicar la foto de la “gallada” en el diario La Industria o asesoría para denuncias en algún medio de comunicación. Los chiquillos de marras, con el inefable Dustín a la cabeza, habían concebido una idea que me pareció de lo más saludable: pretendían, inoculados por ese virus incurable y abordante que se llama fútbol, constituir un equipo oficial en el barrio y participar del torneo amateur de segunda división que se disputaba en la liga de El Porvenir.

Así, nacieron los “Diablitos Rojos”. Y así, se concretó el mayor mecanismo de unión social que la cuadra 12 de la av. Pumacahua ha conocido. Y es que no hay mayor cofradía, más efectiva sociedad ni mejor ágora portátil marchante que la que genera el club más popular de todo El Porvenir Bajo.

A la hora de poner el hombro para que el equipo participe en el torneo laredino -finalmente el club se inscribió en la Liga de Laredo por ser más segura- nadie dá la espalda. Se dejan de lado diferencias o asimpatías y hasta la Tía María, una vieja que nadie quiere, se apunta para freír los anticuchos que servirán, luego de ser vendidos, como promotor de fondos económicos para adquirir los uniformes o ese par de chimpunes que restan para vestir a los jugadores. Y si las medicinas para los lesionados no alcanzan o no hay dinero para pagar los pasajes del entrenador, mano al pecho y otra al bolsillo derecho que nadie puede decirle no a los "Diablitos".

Este año el equipo reaparece tras cuatro años de inactividad. Son 16 chicos que entrenan cada día a las seis de la mañana en los mejores estadios de Trujillo y provistos de indumentaria aceptable además de energéticos que me regaló el negro Víctor, un amigo funcionario de la firma Herbalife.

El domingo 4 debutan con uniformes nuevecitos donados por el buen José.
Ojalá ya no se les ocurra golpear a los árbitros o agredir rivales.
Que se porten como lo que no son: angelitos.