viernes, 29 de junio de 2012

Persiguiendo la vida

¡Corre caichita, corre!


Que la vida, como el látigo sobre la yunta, aprieta desde muy temprano en estos valles celestiales, en este paraíso con trampas…

Corre, veloz , cual tierno venado huyendo de los cazadores nocturnos, despavorido, pero sabiendo que la luna alumbra tu gruta y la naturaleza es tu aliada.

Y no, no mires atrás… un descuido puede ser fatal y las oportunidades de triunfar siempre son menores donde la cordillera ofrece sus faldas o vigila como alucinantes gigantes de piedra… donde la necesidad fustiga y la desigualdad se hace hombre…



Cierra los puños y aprieta los ojos… esos vitores y aplausos a lo lejos son la señal de que has sido la elegida… de la esperanza…

¡Corre, caichita, corre!... que tu gran victoria, quizá, por fin, ya empieza…