Procesiones de miradas perdidas…
Caras largas sobre pasos muy cansados…
Flores, muchas flores….
Susurros de oración poblando el clima
Niños que se golpean por ser los elegidos para acarrear el agua…
Jóvenes ingeniosos que hasta de plásticos rotos convierten floreros…
Esas inmensas muchedumbres de largas horas que pocos pueden lograr….
Igual, no hay nada más triste que un cementerio…
Así sea un segundo domingo de mayo, un día tan especial…