domingo, 28 de febrero de 2010

La promo


Mas vale tarde que nunca, no hay mal que dure cien años…, a la tercera va la vencida, nunca es tarde… De diversas formas, pero en el mismo fondo, podría expresar lo importante que me resultó reunirme tras 12 años sin vernos, con los compañeros de mi primera casa superior, hace unos días. Ocurrió el jueves 18 de febrero, entre un pub llamado el Soprano y la salsoteca más concurrida de Trujillo: El Estribo. Diez de la noche a siete de la mañana, recuerdos, emoción, abrazos y mucha diversión.

Pero, cuantas veces lo propusimos y tantas se frustraron. Hasta que la llegada de Libertad Mujica desde México supuso el más efectivo pretexto para juntar aunque, a un grupo pequeño sí, suficiente para evocar emotivos momentos entre paredes, libros y vasta alegría, acontecidos en las jóvenes estructuras del pabellón D de la Universidad Privada Antenor Orrego.

Allí decidí hacerme periodista. Desde sus carpetas empecé a escribir mis primeras columnas de opinión en La Industria y ganar mis primeros soles haciendo lo que más me gusta. Allí hice amigos entrañables. En la puerta 403 de su cuarto piso conocí a JM. Allí supe sentirme valorado, querido.

Así que ver a Erikita Rodríguez (nunca le dije que me emocionó mucho el buen trato que me dio cuando llegué por primera vez al aula) y su esposo, mi “causa” César Cornejo (ambos representamos a la universidad en un congreso estudiantil en Lima y la pasamos comprando, ja,ja), al inefable Edward (es regidor provincial pero no acomoda ni su hogar), la temperamental Maly (tan chata como jodida), el “choro” Víctor (me sigo preguntando porque no cobró por organizar el evento, ja,ja), el misterioso Randy (es o no es?), la loca Paty (tuve que embarcarla seis de la mañana en los buses a Chimbote luego de un caldo), el "Llobaca coblan" Beto, la risueña Danitza y esa angelicalmente convertida Libertad Mujica, tan subida de peso como sorprendentemente gentil con un tipo a quien miraba sólo de reojo en las épocas estudiantiles, me puso tremendamente nostálgico. Poco me falto para llorar.

Y aunque nunca fuimos un gran grupo, que viva la promo 98 de Ciencias de la Comunicación.

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