lunes, 21 de octubre de 2013

DE ALLI VINO...


No camina. Tampoco abandona su silla de ruedas. No se su nombre ni de donde viene. Quizá bajó del cielo. Para compartir con nosotros su entereza y ganas de vivir en esta selva de cemento que nos engulle cada vez hasta oscurecer el horizonte. Calle Pizarro, un día a las 11 a.m.

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