Ironías, el grave
lamento mutó, luego, a sumo placer, con el paso del tiempo…
La pérdida costó algunas malas caras, resquemores y soles...
Pero, nada, comparado con volver a ser, con la risa entre el
arenal y la manganchería…
de recuperar la libertad y sus bemoles...
(Historia, breve, de un celular. Muy al norte)
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