miércoles, 27 de agosto de 2008

¿Dónde estás, corazón?


Esta noche, mientras intentaba observar un programa de cable, las ansias de ser feliz han alcanzado el límite extremo superior del vaso. Amenazan con desbordarse y me obligan, como una suerte de catarsis inevitable para aliviar mis depresiones, a dirigirme a la PC y concentrarme en el teclado. Entonces, me pregunto si soy ese uno entre la humanidad, el condenado a vagar en búsqueda de ese encanto amoroso. De ese sentimiento sublime que tantas veces me ilusiona y tantas igual me da portazos sobre el rostro y altera mi tranquilidad hasta condenarme al zombismo prolongado, de horas tras horas buscando mi auténtico papel en este bendito valle.

¿Acaso es tan sacrificado encontrar el verdadero amor?, es más, ¿si es el más hermoso de los sentimientos porque, entonces, deberían herirse corazones en el camino hasta hallarlo?, ¿es justo eso?, vuelven las preguntas como una vieja lesión que recrudece.
Ahora fue K la portadora de mis ilusiones. Tan tierna, noble e incondicional…. pero tan insegura de amar y justo frente a un tipo plagado de depresiones y muy voluble en sus sentimientos. Como deseo una respuesta definitiva –para bien o mal- que me permita concluir esta amargura…

No hay comentarios: