Gozo, sufrimiento, alegrias, penas, subidas, bajadas, amor, desamor, ganar, perder. Pasada la base 30 encuentro - ¡al fin!- el espacio que buscaba para escribir lo que verdaderamente siento - así sea aburrido leerlo-y no parametrarme a las coyunturas noticiosas o requerimientos de un editor de tv, radio o periodico. ¿Quién soy?... un inefable que intenta ser bueno, un extraviado que quiere encontrarse...
viernes, 3 de octubre de 2008
Testimonio triste
Hace varias jornadas que no me siento frente a este blog. Es más, tampoco pensaba hacerlo hoy. Sin embargo, navegando dentro del mar de información noticiosa de la internet como hago cada mañana, salté a una ventana de testimonios de un bloguero peruano y leí un relato que sentí tan cercano a mi como la zanahoria al conejo. Esta historia plasma la tristeza abundante que sufre el tipo por no encontrar el amor. Relata que su clímax depresivo lo alcanzó el día que la mujer de su vida le confesó, en un intento de él por conciliar, que ya tenía nuevo novio y le devolvía sus objetos amorosos más simbólicos: una foto, un libro de poemas y una camiseta estampada con el rostro de ambos. Vaya tragedia.
Hoy, él continúa buscando esa pareja de fantasía que perdió en Ana Lucía. Pero sin suerte. Y cada vez que descubre un nuevo fracaso, los recuerdos de esa noche de despedida de su doncella eterna terminada con llantos incontenibles en una banca de un parque limeño a horas de madrugada, lo asaltan.
En mi caso, la historia es parecida. Sigo pensando que perdí a una mujer de otra latitud, que hubiera significado sino la mejor esposa del mundo sí una compañera ejemplar para un tipo tan inestable, que con ella nunca hubiera debido preocuparme por los valores que recibieran mis hijos o la fidelidad de sus acciones. Pero también sé que las decisiones de mi madre son siempre atinadas. Y que si JM no está conmigo es porque ha sido lo mejor para ambos.
Sin embargo, no dejo de ser golpeado por las depresiones del amor y esas me trasladan inevitablemente a su hermoso recuerdo. Y caigo en un infierno sin fuego, pero oscuro, donde vago a tientas y creyendo encontrar salidas que luego resultan trampas hacia el vacío. Ni saber que dejó de ser la dama tierna, angelical y solidaria alcanzan para el consuelo. Ni tampoco reconocer que dejé de amarla. Vaya tragedia.
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1 comentario:
que será de mi?, ahora entiendo que te perdí, pues nunca te tuve... es que acaso debo resignarme?, creo entender lo que sucede, es que no quiero olvidarte, ya es tarde para hacer eso, vivo solo de tu recuerdo, donde estás corazón? salvame tú mi ángel...aquí estaré siempre....gg
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