viernes, 27 de abril de 2007

Lo difícil del amor



Llevo varios días en Sayapullo, un distrito enclavado en la sierra liberteña, a seis horas de Trujillo, en el Perú, de intenso frío y noble gente. Ser responsable de un área importante dentro de la empresa a la que laboro me obliga a instalarme por más días de los que pretendiera en este terreno. Empero, el cariño de la gente e involucrarme en las labores sociales –aquí las poblaciones son enormemente carentes- justifican plenamente mi estancia. Adicionalmente – y es donde se inicia el sustento de este relato-, leo un libro de Paulo Cohelo prestado por la flaquita Sharon que la verdad, lo siento tan cercano a mi realidad como los zapatos a mis pies.

“Once minutos” narra la historia de una joven brasileña que, cansada de vanos intentos por progresar no encuentra mejor forma de hacer dinero que prostituyéndose. Y llegado un momento de su turbulento trayecto, conoce a Ralf Hart, un artista europeo de enorme talento y gran reconocimiento pero cubierto por una soledad espiritual inmensa. Tanto, como me pasa a mí.

“No es más horrible la soledad que cuando todo el mundo te llama, quieren enamorarte, tus padres te quieren al igual que la sociedad y la economía te sonríe pero te sientes igual, irremediablemente solo”, expresa Hart en un capitulo de la historia. Tal como, por momentos (¿es un término válido “sólo por momentos”?), me siento yo.

Hoy y en mi caso, siento claro que la tranquilidad económica o laboral no te da la felicidad si esta desasociada del afecto que una pareja o un hijo te pueden dar. He adquirido una casa en una zona residencial, pronto tendré un auto, me siento respetado y querido, pero no basta para ser feliz. No logro entender porque me cuesta enamorarme tanto, porque no puedo dar y darme la oportunidad ante personas que me demuestran cariño sincero e incondicional. ¿Será que la nostalgia de un amor frustrado me niega la intención de renovarme?, ¿que el recuerdo de aquella linda “enana” ha resultado un estigma que no puedo borrar de mi espíritu?, ¿que Ana, Rita o Luisa no pueden entrar a mi mundo no porque les falte atributos sino porque simplemente, no quiero enamorarme? ¿O será que simplemente, no encuentro ese amor que tanto necesito y deseo y que de seguro, Dios y mi madre me tienen reservado en cualquier lugar del mundo o quiza Sayapullo? Hasta, confieso, tengo temor de no volver a amar. Donde estes, aparece de una vez en mi vida. Ya pues mamá, una ayudita, como siempre.

viernes, 20 de abril de 2007

Una esperanza para los olvidados


Cuando el deporte genera evolución en los pueblos más subdesarrollados




Ronaldinho tiene 6 añitos y una mirada escondida, casi avergonzada que sólo revierte cuando ve un balón de fútbol. Aunque en su humilde situación, aquel se ve plasmado en un amasijo de trapos que patea sin cansarse cada tarde en el improvisado campo de fútbol de su comuna, en el inhóspito Chuquillanqui, caserío que, aclaremos, nada tiene que ver con la tierra de la samba pero sí tiene mucho de fabelas y se ubica a sólo cuatro de horas de Trujillo, en Lucma, previo viaje cargado de brincos y trochas. El ‘colorao’, como también le llaman sus amiguitos y vecinos, se apellida Gómez León y es fruto de un furtivo pasaje de su madre, María, con un empleado trujillano que conoció antes de partir a la Argentina en busca de las posibilidades de mejora que su tierra no le permite.
A ella Ronadinho no la conoce pues se fue cuando no cumplía un año de nacido y de su padre, sólo su nombre recuerda, aunque sabe que trabaja en Trujillo y le ha dado otro hermano llamado, para variar, Anderson.
Cuando nació, el coloradito de marras generó sentimientos encontrados que trascendieron más allá de su humilde casita de adobe y quincha: por un lado la obvia alegría de la llegada de un nuevo agricultor a la comuna y por otro los rumores folclóricos de los comuneros respecto de su atípica condición física: había nacido sin la oreja derecha; defecto que, a causa de carencias económicas, sus familiares no pudieron atenuar y le ha devenido en una leve mal formación del rostro que probablemente sea la causa de la introversión del simpático homónimo del crack del Barcelona.
Pues bien, para Ronaldinho esta mañana -17 de noviembre- es totalmente diferente. Aunque todavía le cuesta soltarse ya que nunca había visto tantas grandes camionetas juntas, mucha gente desconocida sonriéndole y más aún, recibido de regalo un flamante uniforme y tenido decenas de pelotas multicolores para patearlas hasta el cansancio, percibe que algo ‘bacán’ ha llegado, que sus próximas jornadas inmediatas serán hermosas, plenas de alegría, deporte y lo que más le gusta: romper los balones a puntazos y golazos.
La razón es una caravana de trabajadores de Corporación Minera San Manuel que pisó su tierra para instalar una academia deportiva gratuita. Esta vez se levanto muy temprano y no quiso ayudar en las labores agrícolas, ocupación que dentro de muy poco, cuando cumpla ocho años, tendrá que dedicarle muchas más horas, como lógica obligación establecida con el paso de decenas de generaciones en esta zona.
“Mi coloradito es un niño muy bueno, algo tímido pero cuando ve la pelota es una ‘bala’, está feliz porque nunca antes había tenido un entrenador que le enseñara a jugar y gente extraña que le diera tanta atención, ni en su colegio”, confiesa su tía, refiriéndose a la escuelita fiscal 80333, una vetusta construcción sobre una pampa a la que algunos de sus profesores acuden sólo cuando saben que la UGEL hará supervisión y donde el menor de la familia Gómez León cursa el primer grado a regañadientes. Doña Bertha se ha hecho cargo de su sobrino más querido y también del hermano mayor, aunque esto suponga estirar al máximo el exiguo presupuesto alimentario que posee, remitido básicamente a las compras de harina, combustible para las lámparas y la inversión en los pequeños campos de cultivo donde siembra arroz, papa y frutales. Chuquillanqui, que en quechua quiere decir sandalia de oro, la vio nacer hace más de 45 años y según relata, casi nada ha cambiado hasta entonces. El pueblo sigue siendo muy pobre, todavía carece de servicios básicos como agua, luz y desague o una posta en decente situación y peor aún, continúa recibiendo las visitas de hipócritas políticos que ofrecen todo y cumplen nada. El humilde villorio de sol abrasador se ubica entre las 10 comunidades de mayor extrema pobreza de La Libertad, con un índice de desnutrición en su población infantil de más del 40 por ciento, aprendizaje escolar primario completo de sus comuneros de casi dos por ciento, 60 por ciento de viviendas sin servicios higiénicos y una expectativa de vida promedio que no alcanza los 62 años, según datos estimados del censo poblacional del 2005. Una dura realidad sobre la cual, San Manuel -que ya lleva instaladas tres escuelas deportivas, talleres de tejidos y programas de alfabetización en caseríos lucminos con notables resultados– y otras empresas privadas podrían imponerse en caso tuvieran mayores y mejores oportunidades por parte de un gobierno que parece indiferente a las necesidades de mejor calidad de vida del Perú real.

“Para el desarrollo equitativo de la región es vital crear alianzas con el empresariado privado”, ha dicho como clara fase medular en sus discursos preelectorales el nuevo presidente regional. Recientemente, ya electo y basado en sus continuos viajes de campaña al interior de la región, que “en la sierra todo es malo y todo falta…debemos inclinar el presupuesto de los próximos cuatro años a pagar la gran deuda que tenemos con la sierra (liberteña)… en las provincias del interior hay mucho abandono y carencias, una realidad que tenemos que revertir”. Al menos expone intención de reivindicar a sus antecesores. Y eso ya es bastante. Una luz al fondo del túnel.


DATOS DE CHUQUILLANQUI
Chuquillanqui es uno de los caseríos más amplios que crecen en el territorio del distrito de Lucma, provincia de Gran Chimú. El inmenso terreno donde se ubica está poblado de imponentes plantas de cactus que le dan una vista cercana al Viejo Oeste que nuestros padres relataban o vemos en antiguos largometrajes. Su población, básicamente agricultora, no supera los 1500 habitantes y se divide en tres pequeños territorios: Bajo, Medio y Alto. Cuentan los pobladores, el caserío debe su nombre a la existencia de un cacique hace más de 400 años, que dominaba las tierras y como forma de ostentación, caminaba con sandalias de oro.

martes, 17 de abril de 2007

Un réquiem para una Joya

En un país donde sacarle la vuelta a la norma es sinónimo de inteligente, donde se adula a los “pendejos” sobre los honrados, a los mediáticos más que a los de perfil bajo, a los “ criollazos” antes que a los profesionales, a los escandalosos y no a los moderados, figuras como Juan Joya Cordero pasan normalmente, desapercibidos, vagantes en una ciudad de indiferencia, en un sistema que los prefiere muertos para recién reconocerles una trayectoria verdaderamente destacada. Es la dura reflexión que uno desprende tras la ida del extraordinario ex delantero nacional. Veo diarios y televisoras nacionales
y ninguno alcanza la dimensión en el reconocimiento que sí le dan medios extranjeros como ocurre en Uruguay o de parte de la Confederación Sudamericana de Fútbol que hasta ha utilizado partidos de Copa Libertadores para rendirle tributo a un crack en toda la dimensión.
Al “Negro el Once” –como lo bautizó el relator uruguayo Herbert Pinto- le reconocen en tierras charrúas una trascendencia futbolística tal que es considerado el mejor puntero izquierdo que ha tenido la institución deportiva más representativa de esa nación y una de las más grandes del mundo.
Gran cabeceador y de furibundo remate de derecha, junto a Abadie, Rocha, Sacia y el mítico ecuatoriano Spencer se tituló seis veces campeón del fútbol uruguayo, fue ganador de la Copa Libertadores y dos veces campeón intercontinental: el 61 ante el Benfica de Eusebio y el 66 ante Real Madrid en el propio Santiago Bernabéu y en ambos casos con actuaciones memorables del notable moreno. Así y todo, siempre trasuntó la nobleza y humildad propia de los grandes y además, nunca estuvo vinculado a la vida fácil o fue portada por escándalos. Aquí lo ví dirigir a Morba FBC de La Esperanza, a inicios de los 90. En ese equipo duró muy poco, pero lo suficiente para evidenciar su jerarquía humana. Hasta la próxima.

viernes, 13 de abril de 2007

Punto de quiebre

Como Pablo Neruda podría escribir los versos más tristes esta noche, los más cruentos, los más dolorosos, unos como el hierro candente que va abriendo un surco sobre tu pecho, como el letal veneno de una cobra que ha picado tu corazón, como una impía daga que cercena tu estómago empuñada por un vil enemigo, como el dolor del amor…
Hay situaciones cumbre en la vida de uno, hechos que grandiosos en alegría o crueldad, te marcan. Un antes y después. Puntos de quiebre le llaman. Que quedan grabados en tu trayecto de vida como líneas de tinta indeleble. Anoche, me ocurrió. JM, la mujer que más he amado en mi vida y hoy he perdido, me insultó como nunca antes lo había hecho. Como nunca ocurrió entre nosotros. Pretender hacerle reflexionar de su equivocada actitud cargada de soberbia, amargura y traición a sus principios morales (¡quien diablos soy yo para reclamar moralidad!) devinieron en un ataque de ira que la llevó a instancias lamentables.
Y evidentemente, los golpes más duros son los espirituales. Quise llorar pero no pude, pero sí lloró mi alma… Perdóname JM pero sentí la necesidad de decírtelo. Y es que no soporto verte así, como el payasito que pretende reír pero sufre a mares por dentro y además es víctima de villanos que, cual, hienas, están al acecho de seres indefensos, necesitados de cariño y protección. O peor aún, expulsando soberbia y una indiferencia que no sientes. Y quise llorar pero no pude, pero sí lloró mi alma…

viernes, 6 de abril de 2007

NO PUES, NUNES

Como un péndulo ubicado en paralelo a la línea divisoria de lo bello y lo feo, es tan fácil pasar de la alegre expectativa a la frustración o de lo bueno a lo malo. Y nosotros, basados en que somos tan humanos -y felices de ese pretexto tan pertinente-, siempre nos hemos sentido con licencia para hacerlo. Me pasa a mi cada tanto –ayer pasé un billete de 10 soles falso- y le sucede a Pedro, Lucho, Chana y Juana.
Pues bien, al célebre ex jugador de Universitario Jorge Amado Nunes le tocó el turno esta vez. El guaraní, por quien sentimos respeto habida su notable fase de futbolista crema y su muy aceptable campaña como entrenador del mismo equipo el último Clausura e inicios de este Apertura, manchó su foja de servicios al balompié nacional luego que, al mejor estilo de los mayores jefes de banda, mandara borrar a seis futbolistas. Y no censuro la decisión si esta fuera basada en un sustento netamente evaluativo respecto del rendimiento de Guadalupe, Magallanes, Bernales, Alva, Ruiz y Jara. Empero, en este caso, más que basamentos de tipo técnico han pesado las cóleras del DT contra los jugadores que, más allá de buenos o malos o supuestas “echadas”, han merecido mejor trato que el recibido por parte del Cenizo y peor, aún de una directiva que en su primera gran decisión ha demostrado total falto de criterio.
¿O no resulta punible que los boten con ese penoso pretexto de “asesoría psicológica y tratamiento físico especial”?, ¿o alguien puede entender porque Gino Pinasco y el propio Nunes no fueron frontales con los equipistas, ó, en el caso del flamante presidente, no tuvo más tino con Edgard Ospina, a quién lo habría sacado sólo por cumplir un compromiso eleccionario – “te doy a la Trinchera por la D.T.”, dicen, muchos, fue el pacto- con el paraguayo y no valorando el aceptable trabajo del colombiano? Tal parece la “U” con nueva directiva seguirá igual de inestable. Como se reirá González. Hasta la próxima.