Golondrina...
Avecita de pecho verde y pico inquieto...
Detén un momento el calmar de tu sed...
Tú... que te mueves con la libertad y armonía que todos, terrenales inefables, envidiamos...
Llévame contigo...
Cárgame hacia tu habitat más paradisiaco...
Donde el cielo se una al mar, se guarezcan los últimos unicornios, la justicia reine, mi madre descienda para cumplir los designios del hacedor...
Y además, los humanos, por fin, podamos convivir en paz...
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