miércoles, 27 de junio de 2007

Corazón, corazón...


Son las 11.30 p.m. del 27 de junio del 2007. Me encuentro en el corazón de la sierra liberteña, Sayapullo, un destino que ya se me ha hecho común. Y como es normal cada vez que piso este suelo, las horas se me hacen muy prolongadas y reflexivas al son de un contexto silente, espeso y oscuro: un campamento minero sobre las faldas de una montaña. Entonces, vuelvo con la película: ¿por que me cuesta enamorarme?, ¿por que no llega esa dama que tanto anhelo?

La interrogante se la hacía esta noche a Chelo, un amigo loretano que he encontrado en esta corporación y de quien admiro su pragmatismo para analizar las cosas del corazón. Asegura tener hasta cuatro parejas y a todas las quieres y las adora sin dudar. Yo, en tanto, sólo quiero una, pero que, lamentablemente, no encuentro. Para adorarla, respetarla y convertirla en la mujer más feliz del planeta. ¿Será Julia, la dulce y atractiva profesora de educación secundaria?, ¿o Luisa, la bella y atenta maestra de danzas?, me pregunto. Pero no, ninguna me toca el alma. ¿Donde, donde estás?..

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